ORIGEN DE ALGUNAS TRADICIONES

Los huevos de Pascua

Desde la época de los faraones egipcios, 5000 a. C., los huevos se han considerado símbolo de vida y fertilidad. Con la llegada del cristianismo y, más concretamente, con la prohibición de comer carne y derivados durante la Pascua, se impuso la moda de cocerlos y guardarlos para regalarlos entre los familiares, una vez pasada la Cuaresma.
Pronto surgió la costumbre en muchos lugares de Europa de decorarlos con ceras y pinturas de colores y en la actualidad, esta tradición se ha mantenido y transformado de muy diversas
formas.
En algunos países sigue siendo un regalo que hace el padrino el Domingo de Resurrección a
los niños de la familia; en otros, es el Conejo de Pascua quien los deposita en los nidos que
previamente han preparado los niños en los jardines.
En otros lugares, recuperar los huevos escondidos se ha transformado en un juego colectivo en el que participan amigos y familiares.
Aunque, en nuestros días, la mayoría de los huevos son de chocolate, todavía se mantiene
esta tradición en la elaboración de algunos postres típicos de Semana Santa, como la mona de Pascua, muy popular en muchas regiones de España, especialmente en Cataluña y la Comunidad Valenciana.